viernes, 26 de junio de 2009

Fin de curso

Desde aquí agradezco en primer lugar a Lola, por tener este rincón.
Y a Raquel y Carolina, "las profes Leonas", por un año hermoso y lleno de alegría.
¡Volveremos! Claro que sí.
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Cuando inscribí a Piojilla en este cole, lo hice con ilusión y también con esperanza... aunque con cierto temor de sentirme otra vez decepcionada. Fueron pasando los días y me di cuenta de que era el oasis en medio de la nada. De que por fin habíamos encontrado el lugar ideal para aprender y ser queridos. Pero así y todo, no me imaginaba tanta inmensidad en este colegio pequeñito.
Por eso cuando entré en la exposición de fin de curso y vi los hermosos trabajos de los niños, los cuadernos, los cuadros emulando a Miró, las camisetas pintadas, los álbumes de poemas, de hojas y hierbas, las fotos de las excursiones.... fue un subidón. En eso estaba cuando encontré a Lola, la directora, y no pude evitar abrazarla, llena de emoción y lágrimas de agradecimiento por haber creado un espacio como éste.
Y es que el cole de Piojilla no es un cole común. Es un cole en el que los niños son libres y felices. Crecen como personas compententes desde el primer día. Están siempre rodeados de abrazos y cariño; de respeto. Ningún dinero paga eso.
Es un cole escondido. Poca gente sabe de él aunque lleven 30 años trabajando. Para encontrarlo hay que buscar mucho y por eso la gente que lo encuentra también es especial. Profes y padres creen en la libertad, la creatividad y la alegría como primeros instrumentos del aprendizaje y así lo viven cada día. Estos son los resultados:


lunes, 22 de junio de 2009

¡¡adiós pajarito!!

Hace unos días mi amiga Rous y yo caminábamos rumbo a la oficina. Casi al llegar me dice, ¡mira! y le vimos. Un pequeño bebé-pájaro a nuestros pies. Era pequeñísimo; un gorrión caído quién sabe de qué nido.

Miramos los árboles, a ver si había algún nido por allí; pero no vimos ninguno. Esperamos un rato pensando qué hacer. Si le dejábamos ahí, moriría aplastado, atropellado... o pisado por alguien. El pequeño pajarito tenía pocas posibilidades de vivir sin su mamá y no sabía volar.

Finalmente decidimos llevarle a casa. Pensamos que si iba a morir, por lo menos que muriese dignamente y no tirado en la mitad de la calle.

Nos llevamos al pájaro en cuestión y la Pioja mayor le adoptó enseguida. Le dimos agua, unas miguitas y a esperar.

Estuve por la tarde recorriendo las tiendas de comida de animales, a ver si podía comprar algo que pudiese comer el pajarín. En ninguna tienda sabían que darle, y aquellas en las que supieron, no tenían la comidita allí.

La piojilla estaba admirada por tener un pájaro en casa (especialmente porque siempre les digo que los pájaros son para que estén sueltos por el campo y no en jaulas) pero compredió que sólo era momentáneo y que le soltaríamos en cuanto aprendiese a volar. Y aprendió. En estos tres días el pajarito aprendió a volar y subirse al dedo de la Pioja mayor. Piaba con fuerza y tomaba el agua que le dábamos con un cuenta gotas.

Creímos que había llegado el momento de soltarle. Era el día...
Mi Pioja mayor volvió del cole y encontró al pajarito mustio. Me llamó por teléfono a la oficina y me dijo: el pajarito está raro mamá... pero yo estaba ocupada y no pude hacerle mucho caso.

Cuando llegué, mi hija estaba en su cama, con el pajarito en la mano, hablando bajito... El pajarito moría y ella le acompañaba. Todavía estaba vivo, pero era cuestión de minutos. Poco a poco cerró los ojos y mi Pioja empezó a llorar desconsoladamente.

La muerte es extraña. Es extraño estar y luego no estar. Dejar un cuerpo vacío... y todavía caliente.
Creo que murió de pena. Debe ser muy duro ser tan pequeñín y no estar con mamá.
Mi hija lloraba y yo no sabía cómo consolarla sin sentirme culpable. Me preguntaba llorando: ¿Porqué trajiste el pajarito? ¡No hubiera visto cómo se moría si no lo hubieras traído!

Intentaba explicarle que era muy difícil que viviera solo y sin comida en la calle, que simplemente le traje porque pensaba que así moriría más tranquilamente. Pero ella no entendía razones. Me pidió que me lo llevara.
Finalmente se calmó y fue hora de irme otra vez. La vida sigue. Nada se detiene.

Me llevé al pajarito metido en una caja pequeña. Le dejé en un jardín, cubierto con un poco de tierra. No supe darle una mejor sepultura con el tiempo detrás, pisándome para llegar a tiempo a trabajar. La vida sigue, nada se detiene.

Cuando llego la Piojilla preguntó por el pájaro y no supe, (no pude) decirle lo que había pasado. Tal vez hubiera sido mejor decírselo porque creo que a los niños no hay que ocultarles nada. Hubiera sido una buena ocasión para explicar la muerte... pero ella hubiera querido verlo y yo ya me había llevado el pájaro a otro sitio. Sé que no hubiera sabido explicarme; es que tampoco sé que es la muerte. ¿Estamos? ¿nos vamos a algún sitio? Me equivoqué ocultando la verdad y luego no me atreví a volver sobre mis pasos.
A Piojilla le conté que el pájaro se había ido con su mamá; que había venido a recogerle.
Ella preguntó porqué no se había despedido y le dijimos que tenían mucha prisa. Quedó conforme. Las mamás siempre tenemos mucha prisa.

Han pasado dos días y todo vuelve a su ritmo. Pajarito se ha ido pero estoy segura de que mis hijas nunca olvidarán que estuvo aquí.

:-(

martes, 16 de junio de 2009

A esto me refería...


Muy buenas: Este es el tipo de comentarios irrespetuosos que tengo que aguantar día tras día. En este caso de un anónimo, pero en otros, pues de la gente que me rodea. Voy a responder un poquito (podría extenderme páginas enteras citando bibliografía seria), simplemente porque considero que no responder sería mal educado.

El debate es bueno cuando está bien llevado... pero como se puede apreciar, la mayoría de la gente hace críticas de este estilo: sin fundamento científico, sin respeto ninguno, con agresividad y en la posición de juez. No tengo que justificarme ante nadie; esta es mi opción y estoy muy segura de ella. Pero con estos dos posts quiero animar a todos aquellos padres que no están seguros; que se dejan llevar por su instinto y sienten que están deliquiendo.

Pongo un ejemplito: Hace poco una pareja vino a casa con un bebé recién nacido y cuando les hablé de los que el Comité de Lactancia de la AEP promueve: lactancia a demanda, tener al bebé cerca y no dejarle llorar, suspiraron aliviados y me dijeron: ¡Pensábamos que lo estábamos haciendo mal! ¡Ha sido como nadar contra corriente...! ¿cuántas lactancias se van al garete por consejos bienintencionados?

Suelo ser más empática, pero el tiempo hoy está llluvioso y me pone de mal humor jeje ;-)

Allí va:


"¿¿Cómo que pariste al natural?? (...)tengo miedo al dolor."

Sinceramente no consigo entender la incongruencia del argumento. ¿Tienes miedo al dolor y pares al natural? Sin palabras.
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Clau: Te parece incongruente porque desconoces el tema. No me imagino parir con oxitocina a chorro, inmovilizada por la epidural, sin poder pujar, con kristeller, etc etc. Pasar luego por meses de “inhabilitación” por fórceps, ventosas o maniobras extrañas. Tengo experiencia en ello y día a día tengo que escuchar historias de terror. Por cierto, no en todas partes se pare como se pare en España.

Aquí, un vídeo con las recomendaciones de la OMS sobre como debería ser un parto. Vídeo


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"¿Duermes aún con Piojilla? Sí. Me encanta. (...) La Pioja mayor durmió en mi cama hasta que un día prefirió su habitación... Ah! Y no; no tengo problemas "de intimidad"." Esta mañana he leído un estudio que ha demostrado que los niños tienen un sueño menos profundo, se despiertan con mayor facilidad y no descansan igual cuando a partir de los 12 meses aún duermen en la misma habitación que los padres. Podría decir que la actitud tuya de no querer despegarte de tus piojas es egoísta pensando solamente en lo que a ti te gusta sin pararte a contemplar si realmente es también bueno para ellas. Dormir con tus piojas en la misma cama y no tener problemas de intimidad cuesta bastante de creer. Cuando quieres compartir el lecho a sólas con tu esposo ¿qué hacéis con la pioja?
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Clau: La mayoría de las sociedades del mundo colecha. No existe ningún estudio científico que demuestre que compartir habitación con los hijos sea malo ni que descansen menos; de hecho es al revés (te remito a la página 233 del Manual de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría y te rogaría que seas más específica en el estudio que tu mencionas). Desde luego, no se trata de una decisión egoísta porque estamos todos felices y comiendo perdices. Sobre la intimidad: ¡Me parece una pregunta bastante fuera de lugar! ¿preguntas a todo el mundo cómo y dónde? Se puede hacer el amor de mil formas y en mil sitios... qué aburrida tendría que ser mi vida íntima si sólo se redujera a la cama. Por lo demás, allá cada uno con sus prejuicios...

Sobre colecho.
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"No la llevas nunca en carrito? Casi nunca... me gusta poder andar a su paso, descubrir los tesoros que ella ve (...). Cuando voy con más prisa le subo al pouch, bandolera, mochila o lo que tengo a mano en ese momento. "Lo de no usar el carro puede demostrar el tener una espalda de hierro y no tener necesidad de usarlo. De todas formas creo que llevar a una pioja de unos tres años a cuestas no deja de ser un chocante. Sería como ver un piojo de 7 años aún con el chupete puesto. Quizás estés en contra de toda tecnología y vayas también a lavar los pañales de tus piojas al río por no usar la lavadora. Curioso caso.


Clau: Como bien digo: mi piojilla anda. Yo camino a su paso. Cuando tenemos prisa o se cansa la cojo en brazos, pero para no molerme la espalda (como muchos padres que veo cogiendo al hijo con una mano y empujando el carro con otro), me la pongo en un portabebés. Una vez más: Casi todas las sociedades del mundo llevan a sus hijos en brazos. No salgas de estas fronteras porque entrarás en shock. Por qué debería ser chocante ver a una niña de 3 años en brazos y no es chocante ver un niño de 3 años en carro? ¿Hace cuánto se inventó el carrito? No estoy en contra de las tecnologías, desde luego, sino no escribiría un blog. Ah! y tener pañales de tela es muy ecológico.

Portabebés en el mundo
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Si hay algo claro en esta vida es que los niños necesitan límites. El ejemplo que nosotros les damos es valioso pero no podemos basarnos en ello en exclusividad. Hay que ser conscientes que en la vida surgen mil situaciones en las que no podemos darles un ejemplo claro y en el que hay que marcar el punto en algún sitio.


Clau: ¿Me podrías dar un ejemplo? Claro que podemos basarnos en ello con exclusividad. Los niños son personas competentes desde que nacen. Sobre ello hay un hermoso poema escrito hace muuuuchos tiempo: Los niños aprenden lo que viven. Búscalo en Internet. (es muy conocido, copio y pego el primer enlace que encontré) Ver poema
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"¿¿Le diste de mamar hasta los dos años?? Sí. Creo fervientemente en que la leche humana es buena para los humanos, y no deja de ser buena nunca. Y, como diría una amiga querida: Más vale la leche de su madre a la que conoce de toda la vida, que la de una vaca desconocida. :-)"Quizás me equivoque, ojalá, pero de tus palabras deduzco que si la leche es buena o mala, escasa o abundante, te da bastante lo mismo. La que disfrutas con el acto eres tú. Interpretalo como quieras.

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Clau: Este comentario deja ver bastante ignorancia sobre lactancia materna. No existe una leche mala; son pocos los casos de leche insuficiente y casi siempre tienen solución (y si no, explica como sobrevivió la humanidad antes de la aparición del biberón). y la leche de vaca jamás es equiparable a la leche humana; lo ponen en los envases de fórmula y en toda la publicidad que existe sobre el tema.

Lo que dice la AEP: Lactancia prolongada
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"Eres una activista! Absolutamente. Creo que la indiferencia es uno de los peores defectos."Que alguien no se pase el día entero hablando del monotema absoluto que para tí es la maternidad no creo que signifique que sea indiferente. Simplemente no va por la vida enarbolando la bandera de la maternidad como si antes de ser madre no hubieras sido persona.


Clau: Son indiferentes aquellos que no tienen una causa personal, sea cual fuere. Cada uno tiene su propia causa. Esta es la mía. Como éste es un blog de maternidad y crianza, hablar de la crisis política en Irán no tendría mucho sentido. Pero te aseguro que estoy capacitada para debatir sobre ello también; si quieres, probamos.
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"Vas de hippie/progre/sabionda por la vida: No es que sea hippie, soy alternativa :-) Me gusta ir en zapatos planos porque amo la comodidad y bastante "aseñorada" voy de lunes a viernes."Por el aseñoramiento que dices que llevas de lunes a viernes deduzco que trabajas de alta ejecutiva o algo así. Si es así leete el estudio que te he comentado más arriba porque creo que descartas los estudios que no te interesan y aplicas sólo aquellos que quieres. Habría que ser más imparcial y aplicar los unos y los otros independientemente de que se adapten a lo que queremos en esta vida.
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Clau: ¿Que tiene que ver el trabajar de corbata con leer más o menos? ¿Con tener una forma de vida u otra? ¡Esos son prejuicios! No descarto ningún estudio con evidencia científica suficiente. Para poder leer lo que mencionas tendrías que darme una referencia exacta, imparcial e irrebatible. No sirve de nada un estudio sobre lactancia materna subvencionado por Nestlé o un estudio sobre sueño patrocinado por “duerme-tisán”

(cuando digo Nestlé, digo cualquier marca de leche... es simplemente una cuestión de "conflicto de intereses". La marca duerme-tisán no existe ;-) me la he inventado)

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"¡Eres tan radical! Soy una radical. Sí. Para mí estos temas no son un dogma; tienen respaldo científico. Soy una radical de la ciencia. Esa es mi fe"

Ser radical de algo nunca es bueno, se pueden tomar posiciones pero siempre desde una vertiente moderada, pero ¿radical? ¿extremo?¿es eso lo que quieres enseñar a tus piojas? Luego nos echaremos las manos a la cabeza.
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Clau: No tengo crisis existenciales respecto a lo que pienso y hago. Me considero una radical de la ciencia porque no me dejo influir por los comentarios de la vecina y su sabiduría popular y tomo en cuenta lo que dicen los expertos sobre estos temas. Crío a mis hijas con apego y de momento vamos bien. No juzgo a quien quiera hacerlo de otra forma como acabas de hacer tú.

Sobre mi forma de criar: Tengo una hija de casi 14 años con la cabeza muy bien situada, así que tan malo no tiene que ser. Por cierto: ¿Eres mamá?

jueves, 11 de junio de 2009

Cumpleaños de mamá Piojo










Ha sido mi cumple. Decidí cogerme el día porque tenía cosillas pendientes, así que pasé mi cumple acompañada de mis dos soles y mi amadísimo Papá Conejo.
A primera hora de la mañana fui al cole de la Piojilla en el que había organizado una visita. Esta es una actividad que hacemos los papás del colegio y que les da mucha ilusión a los pequeñines. Cada cierto tiempo un papá/mamá o los dos, visitan el cole y ofrecen lo que se les ocurra: títeres, magia, cuentos... Yo organicé un viaje imaginario a Bolivia; les hice pasaportes y billetes, preparé una presentación que simulaba el viaje y les conté cositas sobre el país de mis amores.
Los piojillos me cantaron dos veces el cumpleaños feliz y me llenaron de besos y abrazos que (todo hay que decirlo) pusieron celosa a Piojilla. Terminamos bailando una cueca boliviana, con pañuelitos blancos que previamente había repartido.

Salí de allí llena de energía a encontrarme con la pioja mayor a una revisión de sus males de tripa en el hospital y luego volvimos a casa a comer un sencillo “arroz tres delicias” que había preparado noche antes. No tenía ni idea, en ese momento, de que se estaba cociendo una gran sorpresa y que la artífice de aquello era mi Pioja mayor. Se dio modos de robarme el móvil y llamar a todas las amigas que pudo sin yo percatarme de nada. Pasada la hora de comer me dediqué a ver e-mails y pensar en la inmortalidad del cangrejo.

Dos horas más tarde Hugo y yo fuimos a Hacienda a presentar los impuestos (qué cita más romántica) y nos atendieron enseguida muy a pesar de mi pobre maridete que necesitaba que la cita se alargase. Me pareció muy raro que Papá conejo me quisiera llevar a ver tiendas y perdiera el tiempo en cada escaparate... pero claro, era parte de “hacer tiempo” para llegar a casa a las 20:30.

Cuando abrí la puerta me recibieron los amigos de Valeria, haciendo ruido y dándome abrazos y besos...no me di cuenta de nada, porque además en ese preciso momento llamó mi suegra y me distraje. No entré al salón directamente sino al baño y fue Piojilla la que insistió en que le haga caso y me llevó a rastras a la puerta... cuando la abrí todos gritaron SORPRESAAAAAAA
El salón lleno de globos y guirnaldas, mis amigos allí: todos los locos juntos! Las de la teta, las del parto, las grandes, las de la oficina, los bolivianos... cada grupo tenía al menos un representante esperándome con sonrisas enormes. Mi hermana con una tarta deliciosa... mi hermano y su mujer, todos aplaudiendo mientras, a todo volumen, unos músicos tocaban el cumpleaños feliz. Qué emoción!!! y cuántas lágrimas solté mientras abrazaba uno por uno a los culpables de la fiesta. Mi hijita querida, tan linda, preparó todo con tanta ilusión y dedicación y todos colaboraron para que salga perfecto. Hugo parecía un niño feliz y la piojilla lloró al ver que todos lloraban emocionados. Hacía mucho que no tenía un cumpleaños tan hermoso. Lo he disfrutado muchísimo.
Dejo aquí el pequeño video grabado para compartir con todos el momento. Mil gracias por ser tan buenos amigos. Y gracias familia, gracias Pioja amada, por pensar esta hermosa sorpresa para mí...

domingo, 7 de junio de 2009

Día mundial de los derechos del nacimiento

Se nace una vez. Debería ser un día hermoso.

Y sin embargo son pocos los relatos de partos respetados que escucho... y escucho muchos. Las mamás que llegan buscando apoyo a su lactancia, generalmente tienen muchas ganas de llorar, sienten que no hay vínculo real entre ellas y sus hijos, que "no saben qué hacer" una vez que llegan a casa. Les duele el cuerpo, el alma... y no saben la causa de su tristeza.

Sí. Por un lado es el puerperio... pero por otro, es que tienen una historia detrás. Un nacimiento "forzoso", intervenido, apurado. Mujeres que no sabían si el que entraba en la habitación era médico, enfermero, celador o curioso. A las que se les ha hecho una serie interminable de tactos, maniobras extrañas, lavativas inútiles y rasurados en aras de la ciencia y con la excusa de la inmediatez, de la saturación de hospitales, del puente nacional, del peligro inminente que supone el que el hijo salga solo, a que así se ha hecho toda la vida y no vamos a cambiar ahora, a la necesidad de controlar, al desconocimiento, a la prisa.
Son historias de agujas e intervención que acaban "felizmente": con el hijo fuera y la mujer convertida en madre. Nos nacen a los hijos.

Por eso es que un soplo de aire fresco siempre viene bien. Este fin de semana, gracias a la organización del Proyecto Terra Mater y su creadora, Isabel Fernández del Castillo, he tenido la oportunidad de asistir al curso impartido por Michel Odent, LA VIDA FETAL, EL NACIMIENTO Y LA SALUD.

Ha sido un curso intenso y enriquecedor desde todos los puntos de vista, enmarcado en la celebración del día mundial de los derechos del nacimiento. He disfrutado mucho con su exposición, brillante y sencilla; su humor agudo y su extraordinario sentido común. Hay cosas que nos las explican una y mil veces y sin embargo no cuelan; escucharlas de boca de Michel Odent es escuchar su experiencia. He tomado apuntes de todo lo que he podido, incluidos sus suspiros y chistes. A quien le interese, una vez que tenga todo en papel, puedo pasarle un resumen.

Este curso ha sido además un sitio de reencuentros bonitos porque coincidí con mi antigua matrona del CAP de Argüelles, Carmen Matey. Fue una alegría volver a verla y contarle cómo me ha ido en estos años.

También he disfrutado especialmente de este fin de semana porque me senté escoltada por dos mujeres en estado de buena esperanza: por mi querida cuñada Alejandra, hermosa con sus 7 meses y pico de embarazo y por Doña Polilla: la incansable y expresiva Paula que está a punto caramelo: 38 semanas.
Para mí gozar de la compañía de estas mujeres en un curso como éste, es la señal de que las cosas pueden ser diferentes. Mujeres que parirán a su primer hijo en libertad, con la máxima atención y respeto (sin casualidades) y que abren camino para las que vengan después. Os admiro y os quiero chicas.


viernes, 5 de junio de 2009

Preguntas y respuestas de una rara

Cuando sale el tema "maternidad" en algún círculo de esos en los que no me muevo pero en el que me encuentro de forma casual, no falta alguien que me conoce y que cuenta mi "particular forma de ver la vida" como si fuese una anécdota o algo gracioso.

Medio en serio y medio en broma, he tenido que escuchar de todo... que soy sectaria, radical, hippie, de izquierdas (???), progre, talibana de la teta, fundamentalista del parto, amish (??), "natural", "friki" de la crianza, "líder del club de las madres naturaleza", activista, etc., etc....

Antes me molestaba muchísimo. Ahora me da igual y sonrío diplomáticamente.

Ok. Lo admito. No me gustan las medias tintas. Así que dedico este post a aquellos que tanto me preguntan/ juzgan y que esperan una respuesta que justifique mis "extrañas" opciones.

¿¿Cómo que pariste al natural?? Pues así... Y mi primera razón para parir así fue más bien egoísta: tengo miedo al dolor. Soy cobarde... y no quería sufrir en un parto intervenido. Todas las demás razones vinieron después.


¿Duermes aún con Piojilla? Sí. Me encanta. Papá Conejo es de mi misma línea. Para nosotros es un placer verla dormir y despertarnos a su lado, escuchar su respiración. La Pioja mayor durmió en mi cama hasta que un día prefirió su habitación... Aún ahora, cuando estamos las 3 solas en casa, se cuela en mi dormitorio y vemos juntas la tele, charlamos y compartimos el lecho hasta la mañana siguiente. Los domingos hay fiesta mañanera de pijamas y participa hasta la perrilla. Por cierto, yo tampoco tengo inconveniente en compartir la cama con mi mamá... Ah! Y no; no tengo problemas "de intimidad".


¿No la llevas nunca en carrito? Casi nunca... me gusta poder andar a su paso, descubrir los tesoros que ella ve y en los que yo, como adulta, casi nunca me fijo. Cuando voy con más prisa le subo al pouch, bandolera, mochila o lo que tengo a mano en ese momento. Llevarla cerca del corazón es delicioso. Su cabeza queda cerca de mi nariz... y sí, debo ser muy rara, porque me gusta oler a mis hijas y sentir su calorcito. La llevo encima por comodidad, porque odio los trastos y las complicaciones, pero especialmente porque nos gusta.


¡Los niños necesitan límites! Ajá. Pero para mí el límite es el propio ejemplo. No se puede decir a un adolescente "no fumes", si uno lo hace. Y así con todo.


¿¿Le diste de mamar hasta los dos años?? Sí. La mayor soltó la teta con esa edad aproximadamente. La pequeña, un poco más temprano. Ambas se destetaron solas muy a mi pesar (en casa de herrero...). Creo fervientemente en que la leche humana es buena para los humanos, y no deja de ser buena nunca. Y, como diría una amiga querida: Más vale la leche de su madre a la que conoce de toda la vida, que la de una vaca desconocida. :-)

¡Eres una activista! Absolutamente. Creo que la indiferencia es uno de los peores defectos.

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Vas de hippie/progre/sabionda por la vida: No es que sea hippie, soy alternativa :-) Me gusta ir en zapatos planos porque amo la comodidad y bastante "aseñorada" voy de lunes a viernes. Ehhh que también me gustan las perlas, según la ocasión. Progre? Ok. Creo en el progreso y la actualización continua de conocimientos. Mucho más cuando se trata de profesiones sanitarias. Como paciente, tengo el derecho de saber. Como sanitario, se tiene la obligación.

¡Eres tan radical! Soy una radical. Sí. Para mí estos temas no son un dogma; tienen respaldo científico. No creo en mitos ni apariciones cósmicas, sino en hechos probados con suficiente evidencia. Soy una radical de la ciencia. Esa es mi fe.

:-)

Ausente, pero no.

  No entro mucho por aquí aunque lo estético sea estar presente en redes. Y lo que sucede en realidad es que los días pasan rapidísimo y no ...