viernes, 29 de mayo de 2009

¡Nada como mamá!

A iniciativa de unas mamás de Criar con el Corazón, y con la colaboración de El Parto es Nuestro, Amamantar Asturias, Mamilactancia y Via Láctea, se ha realizado este hermoso spot para dinfundir la lactancia materna. La agencia Ovideo ha sido la encargada de poner las ideas en imagen, sin cobrar nada. :-)
Gracias a todos los involucrados en esto bonito proyecto. A difundirlo!!!!

(para quitar la música del blog y escuchar mejor este vídeo,
ir al final de la página y hacer click en el cuadrado negro)


acaba el mes... (va de coles)

Hoy mi pioja mayor ha llegado feliz, con las mejillas rojas y el corazón contento. Han celebrado en su cole unas jornadas deportivas en las que ha podido participar en toda clase de deportes de antaño, juegos de equipo, maratones imposibles, laberintos y más juegos.

Están cambiando muchas cosas por allí y, para mi asombro, aprenden ciencias en el parque, nos han pedido nuestra opinión para poner taquillas y que los niños puedan dejar los cien kilos de libros que transportan cada día; se han adherido al sistema de coles bilingües, hacen feria del Cid; de los agustinos; les invitan a participar de los concursos de la comunidad, mercadillos... Algo cambia y me alegra. Ella es feliz.


El cole de mi piojilla hace mil actividades por norma. Hace poco hicieron una casita con cajas de bricks como ladrillos. Fue una fiesta.

Ahora, acaban de celebrar el día de África. Inolvidable. Han hecho y degustado comiditas africanas, han bailado y aprendido sobre la música que tienen, han visto fotos e ilustraciones de animales africanos, cuenta cuentos... Finalmente han invitado a unos señores africanos que han tocado sus tambores y han hecho bailar a profes y alumnos al compás de los tum tum y los cánticos propios de allí. ¡Cómo se han divertido!

¿Y mi cole? Lo recuerdo todo como ahora mismo. Si algún compañero de clase me lee, seguramente recordará las mismas cosas y tal vez hasta más detalles.
Le invito a pronunciarse :-)

Yo recuerdo mi cole con amor y devoción. Me marcó y dejó huella en mi vida. Recuerdo con cariño las clases de biología en las que hacíamos huesos de papel, células de plastilina. No olvido las mitocondrias ni al hueso "esfenoides". Nuestra profe nos decía que era el "bati-hueso" porque tenía forma de murciélago... Hacíamos unas ferias inmensas a las que venían otros coles a visitarnos.

Las de música, con mi querido profesor "el pulga", en la que aprendí a bailar tango, cueca boliviana, zamba brasileña... a tocar la zampoña y la quena. Participar, junto a todo el cole, de castings "casi profesionales", para cantar nuestra propia versión de "Jesucristo Super Star".

La clase de literatura en la que, por ejemplo, un año nuestra profe nos pidió convertir las tragedias en comedias y las comedias en tragedias. Terminamos haciendo una versión cómica de "Ollantay" (una tragedia quechua más enreverada que La Odisea, mezclada con Romeo y Julieta) con la que reímos hasta que nos dolió la panza.

Recuerdo el laboratorio de Química, llena de tubos e informes coloridos y la clase de Técnicas (qué pena que esa materia no se dé aquí en España), en la que aprendí a cocinar cosas sencillas, tejer un jersey, coser botones, bañar niños, poner focos, cambiar enchufes, clavar clavos, tallar madera... Los chicos siempre cocinaban mejor que nosotros. No sigo, porque no acabo.

El cole es - debería ser - una experiencia lúdica y enriquecedora. Que permita a los piojillos pensar, buscar sus propias respuestas y en la que se deje de memorizar textos eternos sobre la historia de los reyes de Nuncajamás. ¿A que sería más divertido disfrarse de aquellos reyes y representar las partes importantes de su historia?

Mi cole era especial. De él aprendí y le debo el haber seguido aprendiendo con alegría en los años posteriores. Me divertí y fui feliz. No olvido sus pasillos, sus techos altos ni la campaña del recreo.

Rescato su lema -del magis ignaciano- para terminar este post; aquella enseñanza que quedó tatuada y a la que intento ser fiel: Ser más para servir mejor.

:-)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Feliz día de la madre y un ramillete de flores

Hoy se celebra el día de las madres en mi amada Bolivia y he querido dedicar este post a alguien que todavía no lo es, pero como si lo fuera.

Quiero hacer un pequeño homenaje a una "mamá" especial. Para Raquel, la profe de mi Piojilla. Técnicamente, no ha sido mamá todavía... pero a diario recibe a "sus niños", como ella les llama, y les llena de besos, de caricias, de mimos. Tiene la vocación de la verdadera maestra, el calor y el abrazo de una mamá.
Nos envía fotos, nos graba las canciones que cantan en clase, nos cuenta con detalle el día de cada uno. A todos les dice lo bien que dibujan, lo guapos, lo fenomenales, lo buenos que son.
No sé si imagina lo especial que es ella para nuestros hijitos. Lo importante que es estar en la clase de "los leones" y venir al "cole de Raquel" cada día. Un cole tan especial como éste, necesita profesoras igual de excepcionales.

Hoy es su cumpleaños y entre todos los padres hemos hecho una travesura: Nos hemos puesto de acuerdo para que cada niño le lleve una flor y así, al terminar la jornada, tendrá un ramillete de flores que representa a los piojillos de su clase.

Gracias Raquel por ser tan excelente maestra y querer tanto a nuestros hijos. Es un verdadero placer verles tan contentos y pedir quedarse en el cole "un ratito más".

Así debería ser en todas partes, así debería ser siempre.


jueves, 21 de mayo de 2009

Adolescencia

Siempre quise ser mamá. Tal vez por eso, antes de enterarme de que mi Pioja mayor venía en camino, ya había leído, visto y escuchado muchas cosas sobre la maternidad. Cuando vi aquel “positivo”, me asusté, pero dos segundos después la alegría me invadió como nunca antes. Quise a ese pequeñísimo ser desde ese momento.

Le escribí una carta inmensa que yo llamé "diario de abordo", para que cuando sea mayor leyese cómo me sentía, cómo le soñaba, cuánto amor le esperaba al salir de su nido. Hace dos días releí esas notas que durante nueve meses dediqué a mi hija. Desde la primera página hasta la última, este diario es un canto de amor a aquel regalo de la vida; páginas escritas desde mis inexpertos 18 años; con diferentes tipos de letra y de boli, según mis estados de ánimo y del momento en que vivía. Era una niña.


Fue duro. Ahora me doy cuenta de que no me imaginaba así este camino y que la maternidad verdaderamente consciente no llegó hasta que nació la piojilla pequeña. Fui madre de manera instintiva, casi salvaje. Y gracias a que soy terca y a que todo y todos me daban igual, no sucumbí a los miles de consejos "bien intencionados" que entonces me dieron.
Simplemente me dejé llevar por mis sentimientos hacia aquel pedacito de carne y no me cansé de acunarle, de llevarle, de mecerle... hasta que no entró más en mis abrazos y fui yo la que empecé a perderme en los suyos.

También me equivoqué - y me sigo equivocando - mil veces. Y creo que no hay nada más difícil para una madre que el saber que has hecho algo mal y que el peso de ese error recae en tus hijos. He rectificado cientos de veces y desandado mis pasos. No siempre he sido la madre que prometí ser.

Aquel diario tiene ya muchos años. Tiene fotos y dibujos de entonces. Lágrimas secas... lástima que no puedan verse las risas. Hubo cosas que no conté porque pensaba (y tal vez lo haría de nuevo) que no valía la pena poner las cosas malas. Quería que fuese un diario feliz. No mentí, sino que simplemente omití aquellos momentos que me hicieron sufrir, los comentarios, las miradas, las palabras, los silencios... pero los recuerdo. Cuando releo, vuelven a mí aquellos detalles que no mencioné o las razones por las que maticé las ausencias y la tristeza.

...

Miro atrás y me da la impresión de que han pasado cuatro días y no catorce años. La adolescencia me ha pillado por sorpresa y me hiere. No me alcanzan las tiritas para parchar el corazón. Muchos días soy incapaz de comprender sus sentimientos encontrados y no puedo ser la mamá perfecta y empática de los libros. Me desubican sus cambios de humor, sus enfados repentinos. Justo cuando estoy a punto de darme por vencida, me abraza y soy la mejor mamá del mundo.

Me agota su ambivalencia y quisiera darle mil besos. Explicarle que no puedo decir a todo que sí y que por favor no me lance miradas horribles por eso. Que me preocupo por cada lágrima y me alegran sus alegrías. Que la veo hermosa y que deje de pensar en las flacas de la tele, que no son de verdad. Que miro su vida desde una distancia prudente para que no piense que soy una entrometida, pero que tampoco quiero parecer lejana. Es que no sé qué distancia es buena… Quiero estar ahí, para cuando me necesite, sin interferir… aunque lo que me apetezca sea adivinar sus pensamientos, ser una más de la panda, volver a tener 14 años.

Y no. Soy mamá y estoy perdida.

A mí la adolescencia me duró muy poco. Siempre digo, bromeando, que mi último recuerdo antes de ser madre, es del colegio. Lo digo como un chiste, pero es totalmente verdad. Fueron años hermosos que recuerdo con cariño y por eso quiero que ella los disfrute y los viva intensamente.

Sé que necesitaré primeros auxilios más de una vez y que mientras estos años pasen, tendré que hacer de tripas corazón: guardarme los miedos; desempolvar nostalgias y mis viejos diarios de cuando, en mi tripa, era sólo un botón.

Dejarla vivir y comprender que, ahora, es su momento.


:-)

domingo, 17 de mayo de 2009

Esto es de matronas

Dejo aquí este hermoso vídeo hecho por Azucena e Ibone. Los pequeños "epeneros" contando quienes son las matronas, qué hacen...
Dura 6 minutos y medio, pero se deja ver una vez, y otra, y otra....
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miércoles, 13 de mayo de 2009

Semana mundial por un parto respetado

Este año, la semana mundial por un parto respetado tiene el lema: Por la urgente disminución de las cesáreas innecesarias. Aunque las recomendaciones de la OMS hablan de que no debería existir un índice mayor al 10-15 % de cesáreas, la triste realidad es que en la gran mayoría de los centros de España no se respetan esas tasas y en algunos casos, como el de Puerto Llano, éste índice alcanza hasta un 55%.

¿No sabemos parir? ¿Estamos mal diseñadas? ¿En qué sitio está escondida la ética profesional de aquellos que realizan cesáreas a conveniencia, por no coincidir con una fiesta, por ahorrarse tiempo y esperas molestas, por curarse en salud ante una demanda..? ¿Por qué las mujeres permitimos que se nos atemorice, y se nos sentencie: después de una cesárea, cesárea; el niño viene demasiado grande; no aguantarás el parto; los niños de cesárea sufren menos (?¿?¿); el cordón es corto; el cordón es largo; tu útero es fino; viene de nalgas (y estás en la semana 32...) y así... cada vez más razones - ¿debería de decir excusas?- para abrir, cortar, sacar, extraer, quitar, robar un momento mágico para los dos.

Que no se me mal entienda. No estoy en contra de las cesáreas. Estupenda forma de nacer cuando es LA ALTERNATIVA; cuando las razones son válidas y resulte ser la mejor opción, médicamente hablando, para madre e hijo. Razones reales. Pero no lo que sucede por estos (y otros) lares. Sino, que alguien me explique cómo puede llegarse a practicar esta intervención a tantas las mujeres que ingresan con una labor de parto normal y que no sea noticia.

Tampoco entiendo las cesáreas programadas a gusto del cliente (perdón, debería decir paciente). No me explico que una mujer pueda decidir somerterse a una cirugía mayor abdominal por comodidad (?¿?¿), por miedo al dolor ( más ?¿?¿), por estética (!!!!) y poner la vida de su hijo -ya que la suya da igual, parece- en un riesgo innecesario.

Termino este post con un recuerdo de mi infancia. Cuando mi madre, que entonces preparaba mujeres para que vivan un parto sin temor, protestaba cada vez que se enteraba de que a alguna de sus pacientes le habían "nacido" al hijo sin motivo. ¡¡Esto es como arar en mar!! Mercaderes!!! Carniceros!!! gritaba ya a solas en casa.

Yo entonces no entendía su enojo. Hoy, lo hago mío.






Dejo aquí, después de este grito furioso, el hermoso vídeo que mi amiga Sol nos regaló hace un tiempo. Es un homenaje a las madres, valientes y escépticas de aquellas predicciones nefastas. Gracias Sol.



domingo, 10 de mayo de 2009

Dos generaciones

Han sido tres semanas intensas que han acabado con un "parto gozoso" de tres días.
Encuentro de ENCAS, jornadas abiertas, abrazos entre socias, comidas, picnics, niños y madres. Han sido los ingredientes de estos días gratificantes en todos sus minutos.
El encuentro de dos generaciones: Desde donde estábamos Paula (hermosa con su tripa de 34 semanas), Ruth y yo, pudimos observar a la gente que llegaba a la jornada de viernes; casi no conocía a nadie! Con esto quiero resaltar especialmente que además de los "conocidos de siempre", de quienes estamos metidos en todos los fregaos como dice Miri de CCC: como si fuéramos omnipresentes, a la jornada organizada asistieron muchos profesionales que no conocíamos. Matronas de diferentes Centros de Atención Primaria, de hospitales públicos nuevos, de centros privados, ginecólogos y obstetras, periodistas de 4 medios de comunicación... todos ellos solicitando información y datos para pedir carteles, folletos y charlas. Caras queridas como la de Juanjo y Emilio y caras nuevas como las del equipo de Regina.

Dos generaciones: Llegaron a nuestra mesa matronas que podrían haber atendido nuestros nacimientos hace 30 años, alguna con cara de pocos amigos, a la que tuvimos que convencer de que estaba en sus manos cambiar el sistema que ahora tenemos; pero la mayoría con ganas de unirse a esta causa y hacerla suya. Y residentes jovencísimas que preguntaban, comentaban y pedían los libros de la estrategia, webs y datos para hacer más cosas desde donde se pueda. Médicos y médicas, estudiantes e interesados. En el mismo momento y en otra sala, se reunían otras enfermeras y vino alguna a curiosear. Les invitamos a entrar y hubo gente que se quedó. Creo que esta vez había más profesionales que mamás.

Estuvieron también muchas socias de aquellas primeras: Marta, Ibone, Azu, Ángela, Stella, Helena... y más. En representación de todas aquellas mujeres que hicieron de su dolor una fuerza y alzaron la bandera que ahora nos une. Y las caras nuevas, las ideas frescas y los ánimos recién llegados de mujeres como Paula, Matilde y Paloma, que representan a esa segunda generación de epeneras, que caminan por una mejor senda. Que tienen claro cómo van a parir.
Le robo a Azucena lo que el otro día hablamos en casa y que tanto me emocionó: Estas dos generaciones son la prueba de que nuestro camino no está equivocado y que esta lucha da sus frutos. Que estos pequeños pasos han servido para que mujeres como éstas den vida en libertad. Para que podamos recordar con felicidad partos como el de Toya, Silvia y Stella. Para curar aquellos que no fueron, para hacernos más fuertes.
Mil millones de gracias no son suficientes para cada una de vosotras, por el trabajo, por la garra en cada cosa que emprendéis. Por saber tantas cosas y compartirlas. Por todo vuestro tiempo y vuestra ilusión. Sois grandes. Os admiro.
El ver a la gente feliz, comentando las charlas, emocionándose con los vídeos y con las cosas que se contaban son un indicador de la buena salud de la Asociación y de que nuestros pasos dejan huella. Lo digo con humildad pero con el orgullo de poder verlo en primera fila.

Dos generaciones... sí. Y os explico por qué: También estuvo mi mamá y se sintió "en su salsa" como ella misma comentó a Ibone. Estuvo feliz dando vueltas entre las ENCAS, preguntando a uno, presentándose a otro. Emocionada con todo lo hablado y con ganas de participar. Finalmente robó el micro al final de la tarde. Sí. Era mi mamá. Se le rompió la voz al hablar de su lucha personal y se hubiera quedado hasta la noche hablando del tema que le apasiona sino hubiera tenido que devolver el micrófono. Supongo que ahora entendéis mejor porque ando metida en todos estos trajines. :-)
No pude abrazar a todas como hubiera querido. No hubo tiempo. Os envío mi abrazo desde aquí y mi agradecimiento sincero.
Tenemos que repetirlo.

Clau.

Ausente, pero no.

  No entro mucho por aquí aunque lo estético sea estar presente en redes. Y lo que sucede en realidad es que los días pasan rapidísimo y no ...